Cuando una mujer está embarazada, una de las primeras cuestiones que se tratan es la alimentación. Entre los diferentes tipos de alimentos, los hay que no suscitan dudas (por ejemplo, el alcohol) y los que suponen un debate que va y vuelve. Y uno de los debates más frecuentes es acerca de los embutidos: ¿puede una mujer embarazada comer embutidos?
La respuesta a esta pregunta es, como en muchas ocasiones, que depende. Hay embutidos que sí pueden comerse en el embarazo y los hay que deben desaparecer de la dieta durante todo el tiempo que dure el mismo.
A continuación, te explicamos los peligros de tomar algunos embutidos, así como qué embutidos se pueden disfrutar y cuáles no. Nuestra experiencia de más de 150 años elaborando embutidos artesanales nos ha hecho preguntarnos esto en muchas ocasiones.
Por qué se recomienda no comer embutidos en el embarazo
Muchos son los que han oído hablar de que hay que ir con cuidado con la ingesta de embutidos durante un embarazo.
Pero, ¿por qué?
El problema está en la carne cruda o semicruda, pues puede contener bacterias o parásitos que pueden llegar a afectar al bebé. No todos los malos bichos pueden atravesar la placenta y afectar al bebé, pero estos tres sí:
- Toxoplasmosis: enfermedad ocasionada por el parásito toxoplasma gondii, presente en el intestino de gatos y cerdos.
- Listeriosis: enfermedad causada por la bacteria listeria monocytogenes, presente en varios animales en suelo y agua.
- Triquinosis: enfermedad causada por el parásito trichinella spiralis, presente en carne mal cocida de animales tales como el cerdo o el caballo.
Estas tres enfermedades pueden evitarse si la carne (o el pescado) que la mujer embarazada come han sido cocinados a más de 50°C o congelados a menos de -20°C durante más de 48 horas.
Es importante vigilar la alimentación porque, si bien un adulto no corre peligro alguno, el bebé sí puede verse gravemente perjudicado en caso de contraer una infección por dichas enfermedades. Por ejemplo, en caso de contraer toxoplasmosis, el bebé, sobre todo en el primer trimestre de embarazo, puede padecer fiebre, ceguera, alguna malformación congénita e incluso, en el peor de los casos, sufrir un aborto.
Así que, si tú (o tu pareja) estás embarazada, debes tener claro qué embutidos pueden comerse y cuáles hay que evitar. Sin alarmismos, pero con cabeza.
De todas formas, al principio de un embarazo, lo normal es hacer el toxo-test para ver si la embarazada ya ha tenido toxoplasmosis. En caso de salir positivo el toxotest, y al ser la toxoplasmosis una enfermedad que se padece una sola vez, muchos profesionales de la salud permiten comer embutidos.
Qué embutidos puede comer una embarazada
Los embutidos que puede comer una embarazada son:
- Jamón York o jamón cocido.
- Pavo cocido.
- Cualquier tipo de butifarra pues han sido cocidas en marmita. La única que no, la butifarra cruda, puede comerse tras cocinarla.
- Mortadela.
- Morcilla, si está cocinada.
- Bacon, guanciale, cecina o lacón, si están fritos.
- Cualquier salchica cocida como las salchichas frankfurt.
- Bull blanco y bull negro.
- Sobrasada, si está cocida (por ejemplo, en huevos rotos o en macarrones al horno).
- Chorizo, si está frito.
- Quesos curados, quesos duros como la mozzarella, queso para untar o cualquier queso hecho con leche pasteurizada (leer etiqueta del producto).
Qué embutidos no debe comer una embarazada
Los embutidos que deben evitarse en el embarazo son:
- Jamón serrano.
- Chorizo.
- Salchichón, fuet y similares.
- Lomo embuchado.
- Quesos azules (por su alta humedad), quesos blandos (como el brie o el camembert) y quesos frescos. De hecho, cualquier queso sin leche pasteurizada.
Si la embarazada es fan de alguno de estos embutidos, tiene una forma de seguir comiéndolos: congelarlos. A parte de verificar que el congelador de casa enfría más allá de los -20ºC, cabe decir que el gusto no es el mismo (le pasa lo mismo al pescado congelado, que no sabe igual que el fresco).
De todas formas, y como para muchas cosas, lo mejor es que consultes con tu médico.
Preguntas frecuentes sobre embutidos en el embarazo
¿Qué embutidos puede comer una embarazada?
Cualquier carne que haya pasado por la cocción para eliminar los posibles patógenos. Por ejemplo, el jamón york, la mortadela o el bacon frito. Y en cuanto a quesos, los que llevan leche pasteurizada.
¿Qué embutidos no puede comer una embarazada?
No es recomendable que una embarazada coma embutidos que no han pasado por un proceso de cocción. En esta categoría entran el jamón serrano, el fuet o el chorizo, por ejemplo. Y todo queso azul o sin leche pasteurizada.
¿Por qué las embarazadas no pueden comer embutidos?
La carne cruda o semicruda de ciertos animales, como el cerdo, puede contener bacterias o parásitos capaces de causar enfermedades, como la toxoplasmosis, que pueden superar la placenta y afectar al bebé.
¿Los embutidos curados son seguros para comer en el embarazo?
No. Un embutido curado está sazonado para su curación pero no está cocinado, con lo que no podemos estar seguros de que no haya parásitos o bacterias perjudiciales para la salud del bebé.
¿Cómo puedo comer jamón serrano durante el embarazo?
El jamón serrano es un embutido a evitar en el embarazo, pues crudo o curado, no está cocido. No obstante, puedes mitigar el dolor comiendo jamón en forma de croquetas de jamón o chips con sabor a jamón.